Mis amigos, queridos
lectores de esta humilde publicación web. Pueden dormir tranquilos, yo se que
todos han estado esperando este momento y ¡ya llego! Bese a una mujer
colombiana (por si estaban con él pendiente). Este viaje ya valió la pena, dirían
en el fut bol, apaga las luces que ya nos vamos etc. bueno no, la verdad no, no fue a eso a lo que vine a
Colombia. Aunque sería la más grande de las hipocresías decir que no esperaba también
algo de ESO, dada la fama de belleza este
país, (totalmente bien fundado y justificado).
Bueno una vez aclarado el
punto pasemos a los más recientes eventos. Bogota, a diferencia de Guanajuato es
una ciudad plana en prácticamente la totalidad de su extensión, lo que la hace
perfecta para el desplazamiento en bicicleta, (sobre todo cuando quieres
ahorrarte unos pesitos en el bus, alegas eso de ser ecologista y deportista y orgánico
y orgasmi… bueno ya saben puras mentiras para ocultar la tacañería) así que conseguí
una “cicla” prestada, y me dispuse el sábado a medir el tiempo que me tomaría
llegar desde la casa, la nueva, hasta mi trabajo. El total fue de una hora con
15 minutos, lo cual es aproximadamente 15 o 20 minutos más de lo que me toma en
un día sin tanto “trancón” es decir que el tiempo puede variar en hasta 30
minutos, lo cual vuelve la bici una opción aceptable.
Todo lo más que con ella
se puede avanzar todo el tiempo a menos que el embotellamiento alcance unas
proporciones bíblicas y en ese caso en el colectivo jamás llegaría. Huelga decir
que tenía mucho yo sin subirme a una bicicleta, y además, cuando lo hacía, usaba
una bonita Raleigh de aluminio, muy bien equipada y con uno de los
asientos más cómodos del mercado. Bueno pues
la bici que me prestaron no era la mía ni de cerca y aparte de eso el viaje de
ida duro una hora 15, a eso hay que sumarle el regreso, debo confesar que el
resto del sábado lo pase buscando posiciones cómodas para no hacer sufrir mi
sensibilizado trasero.
Pero sobrevivir a un viaje por la ciudad más
grande de Colombia me ha dejado con una especie de orgullo, además me pasa eso
de que todo lo que hace uno toma un nuevo cariz, por el simple hecho de que uno
no lo hace en los lugres donde habitualmente lleva a cabo esas actividades, (pej.
Comer picante en Colombia, ir a un concierto, EN Colombia etc.)
Regresemos un poco para
ponernos en contexto, este miércoles cambie de casa mi host asignado ya por el
resto de la estancia, es decir, las cinco semanas que restan y el hecho de que
la zona sea completamente distinta, es solo la primera y más insignificante de
las diferencias, gracias al cielo, que sean impresionantemente diferentes, no hace
en ningún momento este incomodo en alguna de las casas.
La primera casa es de una
familia conformada, por la mama y dos hijos. Hermano y hermana de 21 y 19 años respectivamente si no me equivoco.
Ubicada dentro de un conjunto habitacional bastante bonito donde viven algunos
de sus amigos de ya mucho tiempo y el novio de la señorita. Es decir que la
convivencia es activa y relativamente fácil debido a la corta distancia que
hay, o mejor dicho. Podíamos echar desmadre todo el tiempo porque todos estaban
a una cuadra. Una posición super cómoda, además pues tocaba ayudar con la
limpieza y eso, pero da gusto ayudar cuando estas agradecido.
Ahora mi actual residencia
es una casa mucho más grande, donde hay alguien que se encarga hasta de doblar
mi ropa (yaay) y no hay necesidad de mover un dedo. Esta casa en cambio está
habitada por la señora de la casa que recién cumplió 60 su hijo que es padre
soltero y una niña de 7 años. Así que acá las tardes son más tranquilas.
Aclarado eso la mudanza
fue un éxito y el sábado en la noche asistí a una fiesta muy típica de Colombia
donde hubo una “parranda vallenata” que
equivale a llevar un norteños, o unos troqueros, o algo así, el resultado es un
mundo de gente bailando y mucha buena onda.
Y tengo que aceptarlo, el
vallenato es una cosa bella y al parecer tiene una historia muy interesante con
un señor llamado francisco el hombre y la llegada del acordeón, pero luego
investigo eso. Para todos aquellos que me conocen y se preocupan por mi reputación
y la de México representado por mí, respiren aliviados, ningún desfiguro fue
causado por su servidor, la fiesta (como todas las fiestas familiares) tuvo sus
muy variados momentos (incluyendo al tío gordo que no para ni de bailar, ni de
tomar) pero fue una celebración muy bonita.
Así que muchachos quizá regrese
bailando vallenato, pero a Uds. también les va a gustar, quieran o no.
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